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CARACTERÍSTICAS MORFOLÓGICAS DE LOS TUMORES MALIGNOS
Las características que debemos tener en cuenta para poder establecer la
malignidad de los tumores pueden ser de dos tipos; unas macroscópicas
basadas en el comportamiento, exploración y evolución clínica del tumor y
otras microscópicas obtenidas con la utilización del microscopio, aparato
con el cual el anatomopatólogo establece el diagnóstico final,
imprescindible para realizar el posterior tratamiento y pronóstico.
Los caracteres macroscópicos que
nos permiten sospechar la malignidad de un tumor son en orden de importancia
los siguientes:
-Rapidez de crecimiento.
Los tumores malignos aumentan en volumen y extensión durante breve tiempo.
-Capacidad de invasión
Casi todos los tumores malignos invaden precozmente los tejidos sanos que
los rodean, manifestándose por su mala limitación así como por su adherencia
a los planos profundos de forma que no es posible desplazarlos pasivamente.
-Existencia de metástasis.
Típicos de los tumores malignos que se suelen manifestar en forma de nódulos
en los ganglios regionales. La ausencia de metástasis no indica benignidad,
puesto que o pueden ser tardías o escapar a la investigación.
-Datos clínicos.
Debemos referirnos al síndrome paraneoplásico en el que podemos destacar
alteraciones sistémicas como anemia secundaria, trombocitopenia, pérdida de
peso, etc.
Desde el punto de vista microscópico
la malignidad de los tumores se establece teniendo en cuenta los datos
siguientes:
-Número de divisiones celulares.
Si son abundantes indican que el tejido crece con rapidez.
-Divisiones atípicas
En los tumores malignos es característica la existencia de este tipo de
divisiones, donde se observan cromosomas deformes o células con un número
anormal de los mismos.
-Falta de organización
Las estructuras donde se asienta un tumor maligno pierden su organización
debido a que los nidos o cordones de células tumorales se disponen entre
ellas sin ningún orden.
-Crecimiento destructivo
Se reconoce por la penetración de elementos neoplásicos en tejidos normales.
Las células invasoras suelen ocupar los espacios linfáticos, las vainas de
los nervios, los intersticios regionales y los vasos sanguíneos
Marta
Herrera
Voluntaria de
Caninum.com
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