9/11/2001

Hola "Mi chica":

Ayer te fuiste y nos dejaste para siempre, contigo se fue la alegría de esta casa, la dulzura, el cariño, el calor, todo se fue en una noche, pero estoy segura que allí donde estés, nos ayudarás para que todo eso podamos volver a recuperarlo. ¿Sabes "Princesa" que te echo de menos? ¿Sí lo sabes verdad? Porque estoy segura que estés donde estés nunca te olvidarás de nosotros, al igual que nosotros….. Nunca te olvidaremos.

Tabita Princesa, me vienen tantos recuerdos, tantos momentos…ya echo de menos tu olor.

El primer día que te vi, tan pequeñita, tan desaliñada, ¿te acuerdas? No te quería traer a casa….. Quería a otra perrita que andaba por allí, pero en cuanto te cogí en brazos supe… que íbamos a ser muy felices juntas, y no dudé ni un momento en llevarte conmigo.

Ya tenías seis mesecitos y los habías compartido con cuatro Yorkies más, entonces pensé que quizás no eras feliz conmigo y que añorabas a tus amigos. Pero esa sensación fue pasando día a día, con mis mimos…. ¿Verdad?

Te llevé al trabajo para que te viese Ángel y no le gustaste nada…. Porque eras muy pequeñaja, pero mira "gordita" luego te llegó a querer casi más que yo.

Después fuimos las dos a presentarte a los abuelos, te escondí en mi abrigo (igual que después te he escondido tantas veces para subir al autobús) y enseguida sospecharon que llevaba un perrillo dentro, lo que ellos no sospecharon nunca, era lo mucho que te iban a querer.

Pero la palabra "querer" no solo se quedó en los abuelos, se extendió a toda la familia, los otros abuelos, nuestros hermanos, nuestros tíos, mis sobrinos (en especial Antonio, el que te acariciaba horas y horas y también te metía en su abrigo para colarte en el bar los Domingos), todos sintieron un cariño muy especial hacia ti "mi chica".

Después des esto, te llevamos a tu nueva casa y esperamos a que hicieras pis en el papel de periódico, solo tardaste unos minutos en hacerlo, que chiquitina eras y que obediente y que buena….

Al cabo de unos días te bajé a Ciempozuelos para que conocieras a tu nuevo veterinario, José, que aunque te daba pánico ir, él siempre te trataba con mucho cariño. Bueno... allí te compramos tu cunita y enseguida te adaptaste a ella, igual que a la casa, a nosotros y al resto de tu nueva familia.

Tabita, nunca pensé que ibas a aportarme tantos momentos de tranquilidad y tanto cariño, mi gordita….

Muchos días, casi todos, te quedabas solita en casa, pero me imagino que dormías y en el verano te echabas al sol ¿Verdad? ¿Eras feliz Princesa? Estoy segura que sí, porque disfrutabas en la terraza de los abuelos, en el pueblo con Julia y paseando tempranito con Boni. ¿Y cuando bajabas donde Feli? ¿Cómo te lo pasabas eh? Ladrando a las vecinas (mañana te voy a echar de menos una vez más porque bajaré y tu no estás.), El Encinar era uno de tus lugares preferidos, cómo te gustaba rociarte por el césped y comértelo ¿eh? Eras un auténtico peluche.

Bueno…. Vuelvo a recordar….. El día que decidí enseñarte cosas, sentarte, tumbarte, más tarde vino lo de la patita… en fin todo fue muy fácil porque eres muy inteligente, sólo necesité una tarde y unas golosinas (glotona¡¡¡) para que lo aprendieras, claro que también hubo otras cosas que no te enseñé y tu las aprendías…. Como por ejemplo, los baños de las casas que visitabas, daba igual el tiempo que hubiese pasado, porque siempre sabias donde estaba el baño. También sabías cuando era Sábado y Domingo porque venias a despertarnos…. Como esto cientos de cosas que quedan dentro de nosotros.

Pequeñaja ¡¡ También siento mucho cuando te regañábamos o incluso te dábamos un azote y un tirón de orejas, era parte de la educación, y te aseguro que nos dolía más a nosotros que a ti, porque es muy duro ponerse firme con alguien a quien quieres tanto y a quien has estado echando de menos todo el día, porque muchas veces, estaba deseando llegar a casa para verte, rascarte y darte besitos y eso sé que tu lo sabes.

¿Sabes? Cuando nos íbamos de viaje, deseábamos volver…. Sobre todo, para estar contigo y nunca olvidaremos tus bienvenidas. Eras lo mejor de la vuelta¡¡¡¡

Tengo cientos de recuerdos, pero estaría días y días escribiendo… y ya sabes que los humanos por desgracia, no podemos permitirnos ese lujo. Pero bueno, todos esos recuerdos quedan dentro de nosotros.

Bueno Tabita, gracias por las lecciones que me estás enseñando ahora que no estás, y por quererme, por pedirme que te subiese al sillón, por provocarme para que jugase contigo, por darme tu calor en el sillón, por no separarte de mí cuando me operaron de la vista, por enredarme el pelo con tus patitas, por dejarme pasear contigo, por nuestros viajes en Metro y por todo lo que me has dado… que en estos dos últimos años, ha sido una de las mejores experiencias de mi vida.

Y perdóname por mis regañinas, pequeñas pero de vez en cuando, y por no haber estado más tiempo contigo.

De todas formas chiquitina, quiero pensar que estarás en un sitio precioso con otros perros y que todos te recibirán con cariño y serás muy feliz. Pero allí donde estés, todos los que quedamos aquí, añorándote, nunca te olvidaremos y yo en especial te recordaré toda la vida y echaré de menos tus besitos en los tobillos y tus ruiditos tan dulces.

Bueno chiquitaja, te dejo que sigas tu camino y allí donde estés no nos olvides.


ADIOS PRINCESA.