Carta a Mister
Un día, exactamente el 18 de Noviembre de 1987, fui a comprar un
Doberman Marrón, pero mientras, esperaba para ser atendido, un
"Gordito" de 39 días se acostó sobre mis pies y se quedó
dormido, miré hacia abajo, lo levanté y nos fuimos juntos a casa, lo
llamé "MISTER". Era un Ovejero Alemán, nada que ver con lo
que fui a buscar si evaluamos la imagen externa, pero todo que ver con
lo que necesitaba encontrar, un amigo incondicional, único, magnífico.
Pasaron casi 15 años, tanto podría decir que serían escasas todas las
palabras mil veces repetidas, simplemente lo resumo en estas:
"Querido amigo MISTER más que a nadie te cuidé, más que a nadie
te quiero, más que a nadie te extraño, nadie más que vos me cuidó
tanto, nadie me quiso más que vos, lo bueno de esto es que vos no me
extrañas, simplemente estás acostado en una nube, cerca de la puerta
de entrada, dormido, tranquilo, y esperándome para que al llegar, te
tire la pelotita y sigamos jugando. Gracias por aquel día en que te
acostaste sobre mis pies, y elegiste iluminar mi vida.
Marcelo.
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