INFLAMACIÓN SEROSA
Es caracterizada
por la transudación de suero sanguíneo, un claro fluido
albuminoso. Este tipo de inflamación es especialmente común en
cavidades serosas indudablemente porque por las grandes áreas de
superficies bien vascularizadas.
La inflamación
serosa también ocurre en los pulmones, como el primer estadío en
ciertas neumonías, en respuesta a varios químicos irritantes
inhalados, o ingeridos que presumiblemente eliminados por los
pulmones.
Ejemplos de
inflamación serosa localizada son las vesículas que se forman en
la piel luego de la picadura de un insecto o en quemaduras de
segundo grado; o las vesículas que afectan la mucosa en
enfermedades como fiebre aftosa, estomatitis vesicular y exantema
vesicular.
Aspecto
microscópico: precipitado
homogéneo rosado, los espacios naturales están distendidos por él
y se crean espacios artificiales (como vesículas). Con el fluido
precipitado usualmente se observan algunos leucocitos dispersos y
trazas de fibrina.
Aspecto
macroscópico: fluido acuoso que
llena las cavidades corporales o espacios tisulares. Pequeñas
cantidades de fibrina pegadas a las superficies o de una turbidez
ligera causada por la presencia de algunos leucocitos.
Etiología.
Puede ser causada por diversos irritantes. En las cavidades
serosas, es prácticamente siempre una infección. En cavidades
peritoneal, pleural o pericárdica bacterias entéricas son muchas
veces las responsables. En el canal espinal y la cavidad cerebral,
un incremento inflamatorio de fluido acompaña la mayoría de las
infecciones virales y bacterianas, con el típico grupo de síntomas
que resultan de la presión intracraneana incrementada. En los
pulmones, la causa más común es una infección bacteriana o viral
que comúnmente produce u más severa reacción fibrinosa o purulenta
unas horas después. La mayoría de las neumonías empiezan con un
transudado seroso.
Consecuencias: El primer efecto
del transudado seroso es diluir cualquier material que esté
irritando. También es útil para acercar la toxina, en forma
diluida, a los anticuerpos del suero.
INFLAMACIÓN FIBRINOSA
Es caracterizada
por un exudado que contiene grandes cantidades de fibrinógeno que
coagula formando fibrina.
La inflamación
fibrinosa ocurre principalmente en membranas mucosas o serosas y
es particularmente frecuente en el saco pericárdico.
Aspecto
microscópico: la fibrina se
adhiere a las superficies que contacta. La necrosis coagulativa es
típica. La cantidad de exudado es variable.
Aspecto
macroscópico: en los primeros
estadíos, un aspecto turbio en la superficie es lo que indica la
presencia de exudado fibrinoso, que luego evoluciona a una
llamativa capa blanca borrosa. La capa de fibrina es a veces densa
y fuerte, y entonces se llama pseudomembrana. En una
membrana diftérica, el exudado fibrinoso está tan firmemente
adherido a la superficie que no puede ser removido a menos que sea
extraído junto con la capa superficial de tejido, que queda
sangrando. La difteria del ternero (organismo necrophorus) es una
enfermedad que presenta estas membranas diftéricas.
Etiologías. Usualmente la
inflamación fibrinosa aparece en respuesta a la colonización de
ciertos microorganismos. Ejemplos son el Clostridium
difficile, Salmonella, Clostridium y Shigella, además del
virus de la laringotraqueítis aviar. Los virus de la
enteritis felina infecciosa (panleucopenia), fiebre catarral
maligna y peritonitis infecciosa felina son un poco menos notables
en la producción de exudados fibrinosos.
Muchos exudados
fibrinosos están mezclados con variedades serosas y son llamados
serofibrinosos; otros están combinados con inflamación purulenta,
constituyendo fibrinopurulentos. Esta variante se da más
frecuentemente en organismos piógenos, en los que la reacción es
usualmente purulenta.
Consecuencias.
La fibrina probablemente sirve para un numero de fines útiles.
Puede prevenir pérdida de sangre (eritrocitos), y protege el
tejido subyacente de irritación adicional.
Si la inflamación
termina con rapidez razonable, la superficie subyacente es
regenerada y la fibrina disuelta. En una superficie mucosa libre,
puede ser removida, como en el caso de los bronquios o el
intestino. Pero en una superficie serosa, y en los alvéolos
pulmonares, la fibrina que permanece por unos días inicia una
organización de tejido fibroso. Los fibroblastos que proliferan
producen tejido fibroso que quedará de forma permanente. Esto es
especialmente desafortunado en las superficies serosas, como la
pleura, pericardio y peritoneo, porque se forman adhesiones
permanentes, que unen las superficies e impiden el movimiento
y la funcionalidad normal. Si la fibrina en los alvéolos
pulmonares se organiza, esa porción del pulmón es permanentemente
convertida en tejido fibroso (este proceso se conoce como
carnificación).
INFLAMACIÓN PURULENTA
Es caracterizada
por la formación de grandes cantidades de pus. Pus es un exudado
purulento, típicamente un líquido de color y consistencia cremosa.
Su color amarillo cremoso es cambiado hacia el azulado o verdoso
si Pseudomona aeruginosa es la bacteria infectante.
La característica distintiva del pus es la presencia de numerosos
PMN (leucocitos polimorfo nucleares). Estos neutrófilos, junto
con las células necróticas en estado más o menos licuefactivo, y
una menor cantidad de otros constituyentes de exudado
inflamatorio, incluyendo suero, constituyen los ingredientes del
pus.
Un absceso es
definido como una colecta circunscripta de pus. Cuando se
encuentra bien desarrollado, tiene una pared o cápsula de tejido
fibroso que lo separa de los tejidos adyacentes.
Aspecto
microscópico. La aparición de
un número considerable de PMN en el tejido justifica el
diagnóstico de inflamación purulenta. También linfocitos, células
plasmáticas y macrófagos están presentes en un número variable en
muchas reacciones inflamatorias. Muchas de los neutrófilos sufren
necrosis (piocitos) y son reconocidos por su pequeño tamaño,
núcleo oscuro y de forma irregular, y citoplasma acidófilo.
Aspecto
macroscópico. El exudado
purulento consiste en pus, de apariencia general viscosa, con
posibles variaciones de consistencia (desde acuosa en algunas
infecciones de estreptococos hasta un material
sólido producto e la reabsorción del fluido). La decoloración roja
resultado de la hemorragia, y el color azul-verdoso que proviene
del pigmento de organismos como Pseudomonas también
han sido descriptas. La presencia de exudado purulento en los
alvéolos pulmonares, una fase de neumonía llamada hepatización
gris, es demostrada incidiendo el pulmón y presionando en la
superficie de corte.
Etiologías.
La inflamación purulenta o supurativa es causada por bacterias
piógenas (formadoras de pus). Los principales miembros de este
grupo de bacterias son el bacilo piógeno, Corynebacterium
pyogenes además de C. renale y C. equi, Pseudomonas
aeruginosa y raramente Escherichia coli. Los cocos
piógenos, incluidos Streptococcus y Staphylococcus spp.
El bacilo tuberculoso es un formador de pus en los estadíos
iniciales de la infección, y la meningitis tuberculosa puede ser
purulenta simplemente porque el paciente muere antes de que la
lesión usual tuberculosa se desarrolle. La reacción en muchos de
los granulomas infecciosos tiende a ser purulenta en la inmediata
vecindad de los organismos invasores. Los principales de
estos granulomas son actinomicosis, actinobacilosis, la forma de
granuloma del estafilococo (botryomycosis), coccidiodomicosis,
blastomicosis, tularemia crónica y muermo.
Consecuencias.
La necrosis licuefactiva de tejido que se desarrolla en la
formación de pus ilustra la reacción violenta y rápida contra el
organismo irritante. La vigorosa microfagia y otras actividades de
los neutrófilos muchas veces son acompañadas por la efectiva
producción de anticuerpos y fiebre.
El pus usualmente
contiene un gran número de la bacteria causante, viva o muerta, y
los productos tóxicos de su metabolismo. Pus confinada es una
fuente de absorción de sustancias tóxicas o microorganismos a la
circulación, la mayoría de las veces con resultados nocivos.
Cuando las bacterias piógenas o sus toxinas entran en la corriente
sanguínea, el resultado es la sepsis o septicemia.
Típicamente, la fiebre y otros signos están presentes, y la
condición es grave debido al potencial de colonización de órganos
parenquimatosos y del sistema nervioso central. Por estas razones,
es de suma importancia que un absceso u otra lesión supurativa
tenga libre drenaje a la superficie, por lo cual intervenciones
quirúrgicas a veces son necesarias.
No obstante, los
abscesos pueden convertirse en estériles; las defensas del cuerpo
pueden haber matado todas las bacterias de la infección. El pus
acumulado, sin forma de escape, comúnmente queda por algún tiempo
antes de ser lentamente absorbido y organizado.
INFLAMACIÓN
HEMORRÁGICA
Es caracterizada
por un gran número de eritrocitos que dejan su lecho normal por
diapédesis hacia tejidos cercanos. Con ellos están otros
componentes u otros tipos de exudados.
Ocurre en tejidos
con enfermedades como pierna negra, anthrax, pasteurellosis
y púrpura hemorrágica y en general involucra superficies
mucosas. Los pulmones y el estómago (gastritis hemorrágica)
también pueden desarrollar este tipo de inflamación.
Aspecto
microscópico. Varios
componentes de la sangre están presentes en proporciones distintas
a las correspondientes a la sangre, y los constituyentes del
exudado, como fibrina, leucocitos o ambos, están siempre más
abundantemente que en la sangre normal. También, el exudado es de
distribución difusa, habiendo llegado de un área (y no de solo
unos puntos específicos como sucedería en hemorragias).
Aspecto
macroscópico: Material coloreado
de color sanguinolento, a veces fluido o semifluido, pero usualmente
con una consistencia gelatinosa que aparece en la superficie o en
espacios tisulares. Puede confundirse la superficie inflamada de un
profundo color sanguinolento con una inflamación catarral, en la que
el principal cambio es la severa hiperemia y pérdida de epitelio, pero
usualmente la sangre no ha escapado de los tejidos y el rubor
superficial no es tan pronunciado. La sangre, en un exudado o en una
hemorragia, que proviene de cualquier sector menos el posterior del
tracto gastrointestinal, colorea las heces de negro.
Etiología.
Las causas de una inflamación hemorrágica son variadas, desde
organismos altamente virulentos al envenenamiento agudo con ciertos
químicos como el fenol, arsénico y fósforo. El exudado
coagulado de la laringotraqueítis aviar ha sido
mencionado como fibrinoso, pero también es hemorrágico. La patogenia
de leptospira y el virus de la hepatitis canina
son patógenos notables por causar inflamación hemorrágica, sin duda el
resultado directo de la lesión del endotelio vascular.
Consecuencias. La
inflamación hemorrágica se presenta rápidamente y ocurre como un
presagio de una fatalidad temprana, aunque en algunos casos se
desploma con casi idéntica rapidez al retirar la causa.
INFLAMACIÓN CATARRAL
O MUCOSA
El componente
característico de este tipo de inflamación es el exudado de mucus
producido por células epiteliales, ya sea de las glándulas mucosas
que desembocan en las membranas mucosas o en las glándulas mucosas
unicelulares llamadas células caliciformes (goblet cells). Por esta
razón, la presencia de esta inflamación está limitada a las
membranas mucosas.
Aspecto
microscópico. Comúnmente, el
excesivo mucus es visible de un color pálido azulado o con líneas
grises de mucina pegadas a las membranas mucosas que lo producen.
Puede verse aumentada la cantidad de células caliciformes, y en
algunos casos otro hallazgo importante es la pérdida por necrosis y
descamación de la superficie epitelial. La hiperemia y presencia de
células inflamatorias usualmente son suficientes para diferenciar
esta condición de la descamación post-mortem del epitelio.
Aspecto
macroscópico. La presencia
predominante de mucus es reconocida como un fluido claro, pegajoso
que contiene mucina.
Etiologías. Los irritantes que
causan este tipo de inflamación son de corta duración o poco
agresivos. Incluyen infecciones virales y bacterianas de poca
virulencia o en sus etapas iniciales, que luego puede evolucionar
hacia un exudado purulento.
Químicos irritantes
transitorios causan inflamación mucosa. Formalina inhalada, cloro,
bromo y otros agentes entran en esta categoría, al igual que
antisépticos usados en altas concentraciones sobre membranas mucosas
delicadas. De la misma forma, en el tracto digestivo puede
producirse este tipo de inflamación ante la ingesta de alimentos en
mal estado o irritantes.
Consecuencias. El flujo de mucus
protege al lavar y eliminar la sustancia irritante. Si la causa es
removida, el flujo de mucus cesa y la pérdida de epitelio es
rápidamente restaurada. Si el agente continúa su actividad lesiva,
la inflamación parece evolucionar a una especie de hipersensibilidad
e hiperactividad de glándulas mucosas y a un catarro crónico,
especialmente en el tracto respiratorio.
Estas cinco
presentaciones completan la lista de inflamaciones agudas tal cual
son usualmente clasificadas. Es evidente que un caso puede presentar
distintas combinaciones de estos tipos de reacciones.
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